
Un joven soñó que entraba en un supermercado recién inaugurado y, para su sorpresa, descubrió que Jesucristo se encontraba atrás del mostrador.
- ¿Qué vendes aquí? - le preguntó. - Todo lo que tu corazón desee - respondió Jesucristo. Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el joven emocionado se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear: - Quiero tener amor, felicidad, sabiduría, paz de espíritu y ausencia de todo temor - dijo el joven-. Deseo que en el mundo se acaben las guerras, el terrorismo, el narcotráfico, las injusticias sociales, la corrupción y las violaciones a los derechos humanos. Cuando el joven terminó de hablar, Jesucristo le dice:
- Amigo, creo que no me has entendido. Aquí no vendemos frutos; solamente vendemos semillas.
2 comentarios :
Dany amado,pasé a saludarte y leerte.Las semillas que sembremos sean de justicia,paz y misericordia y con seguridad la cosecha será abundante!
Te envió un abrazo fraternal,lleno de paz y bendiciones.
hazlo extensivo a toda tu amada familia!
Gracias, Héctor!