No te alejes de Dios, que el diablo nunca duerme.

23 julio 2007

Huellas en la arena






Una noche en sueños ví que con Jesús caminaba
junto a la orilla del mar, bajo una luna plateada.
Soñé que veía en los cielos mi vida representada
en una serie de escenas que en silencio contemplaba.
Dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando
mientras con Jesús andaba como amigos conversando.
Miraba atento esas huellas reflejadas en el cielo,
pero algo extraño observé y sentí gran desconsuelo.
Observé que algunas veces al reparar en las huellas,
en vez de ver los dos pares veía solo un par de ellas.
Y observaba también yo que aquel solo par de huellas
se advertían mayormente en mis noches sin estrellas,
en las horas de mi vida llenas de angustia y tristeza,.
cuando el alma necesita más consuelo y fortaleza.
Pregunté triste a Jesús: Señor, ¿Tú no has prometido
que en mis horas de aflicción siempre andarías conmigo?
Pero noto con tristeza que en medio de mis querellas
cuando más siento el sufrir veo solo un par de huellas.
¿Dónde están las otras dos que indican tu compañía,
cuando la tormenta azota sin piedad la vida mía?
Y Jesús me contestó con ternura y comprensión:
Escucha bien hijo mío, comprendo tu confusión
siempre te amé y te amaré, y en tus horas de dolor
siempre a tu lado estaré para mostrarte mi amor.
Más si ves solo dos huellas en la arena al caminar
y no ves las otras dos que se debieran notar,
es que en tu hora afligida, cuando flaquean tus pasos,
no hay huellas de tus pisadas... porque te llevo en mis brazos.

anónimo





4 comentarios :

Lizeth dijo...

Un dìa en que se congregaron varias iglesias en un servicio, vi a un hombre que tenìa en sus brazos a su hijo, era un niñito como de 5 años tal vez, con grandes deficiencias fìsicas,no podìa caminar, ni hablar, tenìa apariencia de un niño de meses. Pero aquel hombre,parecìa no importarle el peso, danzaba con su hijo con tanto gozo alabando a Dios, que me recordò a nuestro Padre Celestial y me vi como ese niño en los brazos amorosos de mi Padre sosteniendome cuando ya no tengo ninguna fuerza para hacerlo por mi misma . Atrvez de la actitud de aquel hermano, Dios me hablò, y llorè de agradecimiento.
Muy bello el poèma de tu entrada.
Dios te bendiga hermano.

Ingrid U J dijo...

Hace muchos años leí este poema, todavía no era creyente pero ya había iniciado mi búsqueda de Dios...

Cuando lo leí sentí alegría en el corazón y consuelo al saber que en los peores momentos del caminar en esta vida, Él está ahí...

...Hoy sé que siempre es así.

Oro para que Dios fortalezca nuestra fe y porque cada instante recordemos a quien va dejando huella en nuestras vidas de amorosa manera, siempre...

Bendiciones,

Ingrid