No te alejes de Dios, que el diablo nunca duerme.

29 junio 2007

Danisa, la enviada de Jah


Exactamente al lado de mi casa había una fábrica de vidrio muy vieja que ya no funcionaba desde hacía mucho tiempo. Este predio era muy grande y rodeaba mi propiedad por el lado derecho y por la parte trasera formando una especie de "L" invertida. La edificación, vieja y abandonada durante años, permanecía limpia y deshabitada gracias a las vecinas matronas de la cuadra que se turnaban para montar guardia y vigilar que nadie viniera a echar basura o a "ocupar" ilegalmente las instalaciones. Esto era muy beneficioso para el resto de los vecinos, ya que no había de qué preocuparse teniendo a estos "sargentos" vigilando la cuadra. Eso si, a cambio debíamos (más bien debemos) soportar algunos "retos" por sacar la basura cuando el camión ya pasó seguidos de una rápida retirada adentro de la casa con "la prueba del delito" a cuestas. Estas señoras se disputan la corona "a ver quién barre más lejos las hojas de los árboles", compitiendo con el barrendero del barrio, quién se mata de risa al ver que están haciendo que su trabajo no sea tan pesado. Bueno, no quiero irme del tema. La cuestión es que hace unos años dicha propiedad se vendió, dando paso al progreso. Ese día se terminó la calma de mi cuadra, ya que a los nuevos dueños se les ocurrió poner a funcionar canchas de fútbol 5.
Cuando derribaron la vieja fábrica se descubrió que no estaba totalmente deshabitada como nosotros creíamos, ya que inmediatamente decenas de ratas que vivían clandestinamente se desbandaron por toda la cuadra buscando vivienda. ¿Y cuál casa fue la afortunada? La mía, por supuesto. Recuerdo que mi esposa me despertaba a medianoche para que escuche cómo conversaban sobre la azotea, profiriendo grititos y razguñando el techo alegremente.
Mi esposa, con esa sutileza típica de toda mujer, me "sugirió" cortésmente que me deshiciera de ellas o que también yo fuera buscando vivienda. Al principio puse una ratonera, pero era como tratar de sacar todos los peces del mar con una sola caña. Pensé que lo mejor era poner cebos de veneno por toda la casa, pero no tenía la menor idea de dónde comprarlos, ya que era la primera vez que era invadido por roedores. ¿Adónde se me ocurrió ir a comprar veneno? Al supermercado coreano del barrio (a los chinos, cariñosamente) . Por supuesto que , por vergüenza, no iba a preguntar directamente .. Primero recorrí todas las góndolas de punta a punta sin encontrar nada, y luego, resignado, fui a la caja y le pregunté a la asiática en voz muy baja dónde podía conseguir lo que buscaba. Su respuesta me sorprendió por dos cosas, primero porque el tono de su voz se alzó como si entre nosotros hubiera varios kilómetros de distancia, y segundo porque sus palabras fueron : "No veneno. Gato. Gato. Rata huele gato y se va. se va."
Después de ser humillado públicamente al salir a la luz mi terrible secreto volví a casa y le conté a mi esposa cuál era el consejo del lejano oriente. Yo nunca tuve un gato, tuve perros toda mi vida hasta que un día me prometí a mi mismo no volver a tener animales, ya que cuando morían era como perder a un pariente. Mi esposa menos.. Ni siquiera tuvo perro. Imaginate qué encrucijada que enfrentábamos mi esposa y yo. Después de varias horas vino y me dijo:"Daniel, vamos a preguntarle a Dios si un gato es la solución a nuestros problemas." Recuerdo que pensé "Tanta gente pidiendo cosas más necesarias y urgentes y nosotros vamos a preguntarle a Dios si tenemos que tener un gato". Por supuesto que a mi esposa le dije que si. (en mi casa yo siempre tengo la última palabra: "si, querida") Y esa noche oramos pidiendo al Señor que si era su perfecta voluntad que acogieramos un gato en casa así lo haríamos, pero propusimos una señal: No saldríamos a buscarlo por las calles, esperaríamos a reconocer la mano de Dios en el asunto. (mi esposa fue tan precisa en poner señal que practicamente el gato debía venir a mi casa, tocar el timbre y decir que venía de parte de Jesús. Así se la puso de difícil)
A la mañana siguiente, mi padre (el vive con nosotros) me llamó para que salga a la calle : "Mira esto" me dijo. Y cuando salí, un gatito de más o menos tres meses de edad estaba caminando por los hombros de mi papá, que estaba sentado en el umbral de mi casa. ¿De dónde salió ese gato? Pregunté; "No sé, de la nada" dijo mi padre.. "Yo estaba sentado acá leyendo la biblia y de repente sentí que algo se me subía por la espalda, me dió un susto bárbaro"...
Tengo que aclarar que mi padre no sabía nada del asunto del gato y de las ratas. La cuestión es que cuando me dí cuenta de lo poderoso y amoroso que es Dios sentí el mismo temor que sintió Pedro cuando Jesús calmó la tempestad en el mar. No sé explicarlo bien, es como darte cuenta por primera vez que el Señor está muy atento a lo que sus hijos le piden, que se interesa en algo tan trivial como un gato, y de pronto se hace consciente el hecho de que no le puedes ocultar nada. Ese es el temor de Dios.
Pasado ese segundo de temor apareció la alegría, y cuando la agarré y la levanté de modo que sus ojos se encontraron con los míos, en ese instante Danisa me ganó el corazón para siempre.
Danisa nunca llegó a cazar un ratón, salvo alguna que otra cucaracha voladora que para su desgracia aterrizaba en mi patio, y a partir de aquél día nunca más tuvimos problemas de ratas.
Ella es la enviada de Jehová. La respuesta instantánea a la oración. Una vez me quedé mirándola y le pregunté al Señor si para los animales también había cielo, ¿ y sabes qué?Escuchando una radio cristiana el pastor contó que había soñado a Jesús en un campo enorme y que en ese sueño el Señor estaba rodeado por todos los animales de la tierra, y agregó: "Ni una sola de estas criaturas morirá sin que el Padre lo sepa". Viendo a Danisa, cuando parece que estuviera mirando a la nada con esos ojos penetrantes, como observando un mundo que a nosotros todavía nos esta vedado, medito en todo lo que pasó en ese tiempo y me doy cuenta de lo bello que es Yavéh, quien me encargó el cuidado de una de sus criaturas maravillosas... Y me pregunto qué sería de ella sin mí... Y me respondo "lo mismo que sería de mí sin mi Dios"...
En fin, la enseñanza es: Pon en manos de Dios hasta la más pequeña decisión que debas tomar. El me enseñó que "caminar" con El es precisamente eso, confiarle todo, aunque nos parezca tonto e innecesario.

7 comentarios :

Manlio Hector dijo...

Dany boy!
Amado,me has llevado de la mano por vieja vidriería,ví las bolsas de basura regresar a su lugar,y la risa del barrendero.
Escuché el sonido de los viejos muros al ser demolidos,y estuve a punto de brincar ante la oleada de ratas desalojadas.
y aunque no soy muy aficionado al fútbol,las nuevas canchas me parecen no tan mal.
Tu amada esposa,debe ser gemela de la mía,y tu y yo tenemos la mejor manera de aprobar todos los asuntos hogareños con la más sabia determinación:Sí querida.
Yo he agregado algo más:Como tu quieras.
Mi experiencia con los chinos no ha sido tan edificante y discreta como la tuya,pero lo he intentado.
Mi corazón se fué en pedacitos con cada mascota que tuve y murió,no toleraba a los gatos pero mi esposa me motivó a ellos como solo las esposas saben hacerlo:Voy a traer un gatito a la casa,no tiene donde ir.
Pero Danisa también ha ganado mi corazón,y me maravillo de la respuesta a una petición que pueda parecer tonta e insignificante para otros.

Hasta éste día,ningún cabello ha caido de nuestras cabezas sin su voluntad.Y las pequeñas hojas de los millones de árboles del mundo
siguen cayendo ante la mirada paternal de nuestro Dios.

A EL toda la Gloria y Alabanza!

Un abrazo de amor fraternal para tu esposa! y un tarro de croquetas para Danisa !

Hijo del Rey dijo...

Héctor querido!
Gracias por tus palabras! Te aseguro que no te arrepentirás de acoger a un gato! No sólo es un animal muy higiénico e independiente que solo necesita un lugarcito con arena, comida y agua, sino que es una bendición. Yo pensaba que los gatos no eran compañeros, pero te aseguro que cuando llego a casa salen a recibirme porque reconocen el motor de mi auto. Nosotros tenemos dos: Danisa y Nandy. (por supuesto están castradas) No te arrepentirás!
Un abrazo enorme!!!!

Silvia dijo...

Hola Dany.
Que linda historia.
Asi es como Dios responde, de formas sorprendentes ya sea por sencillas o por extraordinarias, pero siempre son lindas.

Las esposas del hermano Manlio y tu son muy afortunadas.

Nicolás Farina dijo...

oh! hermanos Dios les bendiga siempre! Nuestro precioso Señor es el Rey! Aleluya! Saludos.

Lizeth dijo...

wMe gozo leyendo esta historia que nos muestra una vez màs que El Señor siempre está atento a nuestras necesidades y escucha nuestra oraciòn, sus respuestas son maravillosas. El no se cansa de bendecirnos y tiene tiempo para todos y para todo.¡Glora a Dios! Dios te bendiga.

Anónimo dijo...

CHE
YO ME LLAMO DANISA .....NO ME GUSTA NADA Q SE LO PONGAS A UNA GATA JAJAJJAJAA BUENO = ME ENCANTO EL RELATO ,ES VERDAD DEVEMOS CONFIARLE TODO A DIOS ,EL ES EL MAS INTERESADO EN NOSOTROS .DIOS DICE SI PARA MI HIJO ES IMPORTANTE ..PARA MI TMB LO ES .DANISA GOMEZ BYE

Hijo del Rey dijo...

Danisa!!!! ¿Sabes por qué la gata se llama así? Porque yo me llamo Daniel. ¡¡¡Eso es culpa de mi esposa!!!